Todo parece indicar que sí. Pero lo que no se sabe cuándo ni cómo, ni tampoco si será total o parcialmente.
Recordemos que el actual presidente de Estados Unidos ha dicho que la administración anterior hizo demasiadas concesiones a Cuba en negociaciones que condujeron a la restauración de las relaciones diplomáticas el 20 de julio de 2015, pero que quiere un mejor trato para los Estados Unidos.
Desde entonces a la fecha, un grupo importante de funcionarios, portavoces, senadores, expertos, representantes republicanos y hasta académicos contrarios a los cambios introducidos por Obama, han estado manifestándose en contra de la apertura de diciembre del 2014, algunos en tonos fuertes a la administración de Trump para recordarle que “el Presidente debe hacer algo para satisfacer a los votantes cubano-americanos y miembros del Congreso que lo apoyaron en la Florida”.
Esto es lo que algunos de ellos han expresado:
.- Francisco Palmieri, Subsecretario Interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental: sospecha que “surgirán diferencias importantes entre la forma en que este gobierno planea abordar la situación en Cuba y que una de las áreas que será de alta prioridad es asegurar que Cuba haga más progresos sustantivos hacia un mayor respeto por los derechos humanos en el país”.
.- El senador Marco Rubio: “el presidente se ha comprometido a abordar la política estadounidense hacia Cuba de una manera que respalde nuestra seguridad nacional, la democracia y los derechos humanos. El Presidente Trump tratará a Cuba como la dictadura que es y nuestra política en adelante reflejará el hecho de que no es del interés nacional de los Estados Unidos hacer negocios con los militares cubanos”.
.- Paul Ryan, Presidente republicano: “no podemos seguir ciegamente el plan de normalización de la administración con la Cuba comunista, un régimen que es fundamentalmente opuesto a la política estadounidense y que reprime toda una población a sólo 90 millas de nuestra costa”.
.- Mario Díaz-Balart, Representante republicano de Miami-Dade: “los héroes de Bahía de Cochinos no se sentirán traicionados y estarán muy contentos de que el Presidente haya cumplido su compromiso y no haga una política para apaciguar al régimen”.
.- Ileana Ros-Lehtinen, Representante republicana de Miami-Dade: “a pesar de toda la propaganda, a pesar de toda la política equivocada en los últimos años, la realidad es que la represión del régimen sólo está empeorando”.
Sin embargo, es de suponer que los cambios que quieren no les serán tan fácil de introducir, pues tendrán que desmontar lo alcanzado por los diversos organismos involucrados desde diciembre del 2014 y esto es complejo dentro del enjambre gubernativo norteamericano. Al parecer, los dos aspectos de mayor relevancia y tal vez de mayor coincidencia entre los funcionarios que trabajan el nuevo Plan de Trump para Cuba, están relacionados con los asuntos militares y los derechos humanos. En mi opinión, el primero para impactar las relaciones comerciales, y el segundo, a la población civil.
Pero mientras todo esto se desarrolla en la Casa Blanca, por otra parte un grupo bipartidista de senadores (demócratas y republicanos) presentó hace un par de días en el Congreso federal un proyecto de ley para eliminar las barreras legales que los estadounidenses encuentran para exportar productos a Cuba. La denominan la Ley de Libertad para exportar a Cuba.
A esta propuesta se suma un texto presentado hace unas horas con el apoyo de 55 senadores, que igualmente pretenden acabar con las prohibiciones actuales que existen para viajar a Cuba, con fines turísticos.
Evidentemente, este grupo está enviando una señal clara al Presidente Trump, contraria a la expresada por los que siguen apostando por mantener una política de mano dura hacia Cuba, con lo cual manifiestan que esta ley resultaría de un mejor interés para los estadounidenses y el pueblo cubano, pues “allanaría el camino hacia nuevas oportunidades económicas para las empresas y agricultores estadounidenses, al impulsar las exportaciones (fundamentalmente agricultores y ganaderos) y permitir a los cubanos mayor acceso a los bienes estadounidenses”.
Aunque esta iniciativa legislativa deroga disposiciones claves de las leyes anteriores que bloquean a los estadounidenses de hacer negocios en Cuba, no deroga partes de la ley que tratan los derechos humanos o de reclamaciones de propiedad contra el gobierno cubano.
En fin, lo que vemos son contradicciones y un poco más de lo mismo. Lamentablemente, desde hace mucho tiempo, la política de Estados Unidos hacia Cuba ha sido definida por los conflictos del pasado, en lugar de las realidades de hoy y las posibilidades de futuro.
Pero de cualquier manera, debemos estar preparados para los cambios comerciales, económicos, políticos, sociales y culturales que inevitablemente vendrán. Cuándo y de qué magnitud, no lo sabemos.
El equipo de Consultoría GRILLO & GRILLO les puede colaborar a mantenerse informados y estar al pendiente de las oportunidades de negocios que seguramente se abrirán.
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